Ana Ñanculeo Caniumil: “NO NECESITAMOS
INSTITUCIÓN, TENEMOS COMUNIDAD”
X victoria aldunate/Rebelión 2008
“Yo prefiero la comunidad, resolvemos bien
entre nosotros. No quiero ser candidata a consejera, cuando me lo propusieron,
les dije: ¡Jamás me dejé manejar ni siquiera por mi padre y ¿creen que voy a
aceptar ser utilizada por una maquinaria así? ¡Están locos, ni institución, ni
partido político! ¡Nada!”.
En momentos en que una líder mapuche (Patricia
Troncoso Robles), podría morir por la indiferencia y el racismo de este estado
chileno conducido por Michelle Bachelet Jeria y su Concertación de partidos por
la democracia, conversamos con otra líder mapuche, en este caso, una feminista,
Ana, de la comunidad Calbul Llanquihuen que se encuentra camino a Chol Chol
(1).
Ella participó en algún tiempo en el Consejo
de Todas las Tierras, pero actualmente afirma ser “sólo de comunidad”. Agradece
haber aprendido mucho en esa organización: “mi historia, mis derechos, los
tratados internacionales que hay que saber que existen, pero estoy mucho mejor,
en comunidad, esto es lo mío”. “Necesito vivir en comunidad, quiero que la
gente esté cerca de mí y quiero estar cerca de la gente. No quiero que venga la
CONADI (2) y los jueces, a resolver nuestros problemas, nosotros los resolvemos
solos. No somos perfectos los mapuche, pero tenemos nuestra forma de ver la
vida y eso es lo que queremos”.
ÑANCULEO: SE FUE Y NUNCA VOLVIÓ
Su primer apellido es Ñanculeo y significa “se
fue y no volvió”. Eso porque el abuelo de Ana, justamente “se fue y nunca
volvió”. Entonces la abuela lo explicaba diciendo: “¿Mi marido? ¡ñanculeo!”. Y
así se quedó con esa explicación como apellido, cuenta Ana, quien también se ha
ido más de una vez, pero, en su caso, de los dominios de otros. Escapó en la
adolescencia del control de su padre, luego abandonó a un marido, más tarde
expulsó a un winca de su vida, también dejó Santiago y el servicio doméstico
explotador, y un día decidió no tener más hijos.
En fin, ella se ha dado, más de una vez,
algunos permisos que, en la mayoría de los pueblos, se dan sólo los hombres.
Eso sí, nunca ha renegado de sus orígenes. Es más, actualmente, es una de las
líderes de la comunidad Calbul Llanquihuen, una comunidad que en sus inicios
tuvo 119 hectáreas, pero que luego del despojo $hileno, sólo cuenta con tres
hectáreas en una ocupación definida como “ilegal” por una muy conveniente ley
del mismo estado usurpador. Esta comunidad, la de Ana, como todas las demás,
han sufrido cotidianamente la represión policial y el hostigamiento de
gobiernos invasores y sirvientes de los ricos del mundo y del país.
¿La represión policial además de racista es
machista?
¡Claro que sí! A mí me han pegado, tironeado
el pelo por defender a hombres mapuche. Me han dicho india puta malparida,
india caliente (son los de la 2ª comisaría de Temuco)… Y yo les he dicho que
aceptaría sus acusaciones si demuestran que conocen mi cultura. A mí nadie me
llama puta en mi comunidad, a ninguna nos llaman así, ni con varios hombres y
varios hijos a través de nuestra vida amorosa, no surge esa idea entre
nosotros, tenemos otros defectos los mapuche, pero no ese del desprecio por las
mujeres…
Es específico el desprecio racista hacia las
mujeres, entonces…
Así es. El amedrentamiento particular es con
la maternidad: ¡Te voy a matar a tus hijos, te voy a matar a tus wachos (3),
india puta! gritan. Y también odian mucho que tengamos creencias distintas:
“¡Ustedes son brujas, son todas unas ateas”, dicen. Porque no entienden nada de
nuestra cultura, y nos juzgan por no ser católicos, tanto a hombres como a
mujeres. Estos carabineros -¿cuántos mapuche, hay entre ellos?...- son unos
desclasados, traidores a sus raíces, se dejan mandar por los gobiernos para
reprimir a los que alguna vez fueron sus hermanos…
¿Para ellos son wachos los hijos e hijas de
las mapuche?
Sí, ellos tienen esa lógica, nosotros no. Yo
dejé a una de mis hijas con mi suegra y ella la crío, lo creí mejor para mi
hija y para mí y no me siento culpable porque para nosotros no hay wachos. Ni
mi suegra ni mi hija me han culpado y me quieren como yo a ellas. Mi suegra es
la mamá de mi hija y yo también soy su mamá, otra mamá, una segunda madre,
distinta. Para mi suegra fue bueno, para mi hija fue bueno y para mí también.
Entre nosotros es la comunidad la que acoge a los niños y a las niñas si la
madre biológica es muy joven o tiene que irse. A nosotros no nos hace falta
SENAME (4) porque si el niño nace, entonces siempre va a tener quién lo críe y
lo quiera. Para nosotros es bueno que existan niños y niñas mapuche. A los
chilenos, las instituciones les sacan la culpa, es otra manera de ver las
cosas.
EL ESTADO CHILENO DA MÁS PODER AL HOMBRE SOBRE
LA MUJER
Ana tiene ocho hijos, cuatro mujeres y cuatro
hombres, y dice que son los que quiso, incluso alguna vez se planteó tener diez
porque le parecía una manera de no desaparecer como mapuche. Sin embargo,
cuando le nacieron gemelos, ya no quiso más y decidió esterilizarse…
¿Qué pasó, aceptaron esterilizarte en la Salud
Pública?
Me obligaron a pedirle permiso a mi marido
(5). ¡Me dio tanta rabia!... porque le dieron a él poder sobre mí. Un poder que
yo no le quería dar, un poder que tenía que ser mío, sólo mío y que ninguna
costumbre mapuche me arrebata. Sin embargo como estamos en Chile, él, lo
aprovechó y me dijo: bueno, firmo, pero si yo quiero otro hijo, me buscaré a
otra mujer que pueda parirlo… Me hirió eso, y él pudo hacerlo con la
complicidad de las instituciones de los chilenos...
Es decir, también hay machismo entre los
mapuche…
Sí, claro, yo sé, no miento, no idealizo.
Muchas veces, las mujeres, somos la parte no
contable. Un día descubrí que ellos deciden, que los hombres no cuentan a las
mujeres en la decisión del casamiento por ejemplo. Conversando con los mayores,
yo les pregunté por qué a una le destinan un marido, dijeron que para conservar
nuestros orígenes, para no arriesgarnos a que las mujeres se vayan con un no
mapuche… entonces pensé que eso es bueno en general, pero malo para las
mujeres…
¿Y qué hiciste, entonces?
Me rebelé. Yo soñaba un matrimonio diferente
al de mi madre. Yo soy feminista, en parte porque mi padre fue muy violento con
mi madre, entonces yo fui rebelde porque creo que eso no es justo… Bueno,
también soy feminista porque creo en la libertad, entonces me negué a aceptar
al que me tenían destinado y busqué a otro, también mapuche, pero no el que mi
padre quería. Yo arreglé todo y fui robada… robada, es una forma de decir
porque, en realidad, fue con mi consentimiento. Aunque yo era una niña
solamente, hice lo que pude para no aceptar imposiciones.
¿Y te hiciste “esposa”?
No. En realidad, no. Yo jugaba todo el día con
mis primas y con niños que había por ahí, nunca cocinaba ni hacía aseo, se me
pasaba el día, entretenida y cuando llegaba mi marido no había nada para él, me
olvidaba de él aunque me gustaba, pero no quería ser una esposa. El, aunque era
mayor que yo, no me exigía nada y bueno, por eso lo había elegido yo, porque
sabía que él no iba a ser cruel. Pero un día quedé embarazada y ahí lo dejé…
¿Por qué?...
Porque estar embarazada era encarcelarme, no
quería quedarme atrapada en esa vida para siempre. ¡Me daba tanto miedo! Cuando
vivía con él, en las tardes me venía una gran pena porque esa no era la vida
que quería. Entonces, me fui llorando de vuelta a la casa de mi padre y mi
madre… llorando como si alguien se hubiera muerto y le dije a mi papá: ¡Yo
quería salir de la casa porque me tenías presa y ahora, mira, estoy más presa
que antes! Mi padre con mi madre me ayudaron para que escapara a Santiago. Mi
marido me fue a buscar, pero no me encontró nunca. El día en que nació mi hijo,
le miré los tremendos ojos que tenía y aunque el embarazo había sido una
cárcel, él, ya nacido, no lo era, lo quise mucho. Después me puse a vivir con
un winquita, pero no le trabajaba un día a nadie y yo no estaba para mantener
hombres, así es que lo mandé a cambiar y me busqué un mapuche de mi familia.
¿Te entendían los hombres?
No sé… mira, para el mapuche, mujer es igual a
riqueza. Cuando los mapuche estaban perdiendo la guerra hicieron alianzas con
los colonizadores y decidieron cosas para las mujeres en complicidad con los
wincas… Pero, entiendan o no, ahora las mujeres estamos recuperando la historia
nuestra y el lugar que les pertenece a nuestras hijas. Los hombres mapuche
también deben aprender, y pueden hacerlo porque son inteligentes, sólo que
muchos viven llenos de impotencia, toman, se ponen cobardes y les pegan a las
mujeres, después se tiran al suelo, pide perdón…
¿Y en qué son distintos?
Las comunidades y la cultura ancestral nuestra
es la distinta. No se nos culpabiliza a las mujeres como provocadoras. El
mapuche no dice cosas como que las mujeres hacemos pecar a los hombres, y si
alguno lo dice es que ya se dejó colonizar, se dejó invadir totalmente por la
cultura winca, porque esas son cosas de winca… Yo he tenido varios hombres en
mi vida, también hijos e hijas, y nunca he sido estigmatizada o juzgada por esa
razón en la comunidad.
CHILENOS: REPRESORES E IGNORANTES
Para Ana, “el winca siempre ha sido astuto.
Traiciona al mapuche, lo utiliza y luego lo bota. La señora Michelle Bachelet
por ejemplo, anda con unos mapuche vergonzosos, unos galapanes (6) de estado,
pero luego deja que nos repriman”…
Y no es todo, los chilenos, según esta líder,
tampoco son muy sensibles que digamos: “No se dan ni cuenta que la madre tierra
está enferma terminal y que si no estamos unidos, morirá. ¿Qué se necesita? ¿Un
gran remezón de la tierra para que despierten?”...
Cuenta que en las comunidades, hombres y
mujeres conversan de todo esto y mucho más, sentados alrededor del fuego por
las noches, que eso les entretiene mucho y les ayuda a decidir y reflexionar
sobre sí mismos. Y es que, “tenemos la dicha enorme de no ver TV, porque la
tevé es la gran continuación de la invasión y de la colonización. Sin tevé la
tranquilidad es enriquecedora, es una tranquilidad que te conecta con la
tierra”.
¿Sabemos poco los chilenos de los mapuche?
Nada. Están ignorantes. Especialmente los
represores, ellos son los que menos saben. Nosotros por ejemplo solemos llevar
un coligüe en la mano, y los carabineros nos acusan de llevar un arma. ¡No es
arma, es una macana! Antes se usaba para matar los animales que íbamos a comer,
porque jamás nosotros hemos matado por gusto ni industrialmente a los animales,
sino sólo con el fin de alimentarnos. Pero esta macana que hace sufrir al
animal para matarlo, ya no la usamos, porque ahora no es necesario hacer sufrir
al animalito, hay otras maneras. Ahora la macana es algo tradicional. Muchos
lonkos la usan como una protección ante los malos espíritus.
¿Y las mujeres?
Nosotras también, en nuestro rol de ñamcan.
Los ñancam son dos mujeres y dos hombres, protectores de la machi, tanto las
mujeres como los hombres cuando la machi está en trance, usamos la macana para
protegerla porque cuando está en trance, su espíritu anda en las alturas
hablando con Chao Nguenechen (7) que le advierte sobre lo bueno y lo malo,
entonces es sólo su cuerpo el que está acá abajo y necesita ser cuidado.
También portamos la macana cuando hacemos el
Guillatún en el que pedimos lo mejor para la comunidad, o cuando hacemos un
Machitún para sanar a un enfermo o enferma.
INVASIÓN, MATONAJE, FRAUDES SEMILEGALES
Es cosa de todos los días dice Ana, esto del
matonaje, la violencia, la agresión racista contra sus comunidades. En
noviembre, por ejemplo, específicamente el lunes 19, gente de la comunidad de
Ana Ñanculeo, había ido a ofrecer un Rehue (8) a otra comunidad hermana, la de
Juan Cea Trecalaf. Se encontraban en los preparativos cuando “llegaron unos
matones que comenzaron a gritar ofensas” (las típicas, claro, porque la
creatividad no es el fuerte de ningún agresor, jamás). Nos decían: ¡indios de
mierda, pa’ que ayudan a ese viejo comunista!, y Flores, se paseaba por ahí
escuchando todo de manos en los bolsillos”…
Y ¿quién es Flores?
Flores es un corredor de propiedades de la
zona, que vende parcelas de esas tierras y que trabaja para la familia Vera,
que fue la que usurpó esas tierras. Antes esta familia en realidad se llamaba
“Mera”, pero se cambió el apellido, quizás porquepensaba que así dejaría atrás
su historia de sangre, tortura y violación contra la gente de la tierra…
¿Qué tierras y de qué manera las usurparon los
Vera-Mera?…
Usurparon las tierras que rodean el puente
Ripén, camino a Villarrica (cien hectáreas) justo donde se junta el Ripén con
el Toltém. Esa familia y sus matones, hace 40 años, agarraban a los mapuche,
los amarraban y los tiraban al río, vivos, pero antes los arrastraban con
caballos y les echaban sal en el cuerpo, en la carne viva y destrozada…
De los Trecalaf, que eran los que vivían en
esas tierras, hoy sólo queda uno que tiene más de 80 años. El nos contó que a
los 16 años se unió al ejército chileno, que traicionó a su comunidad de puro
miedo al chileno, que a su familia la mataron toda, que su abuela fue violada y
asesinada por un Mera…
Un femicidio
Sí, eso es lo que hacían con las mujeres
mapuche los winca, violación y muerte: femicidios…
¿Qué significa winca, Ana?
Bueno, tiene varios significados, para mí es
alguien traído desde afuera, para otros es un ladrón, y también a veces un
violador y un asesino…
¿Qué pasa finalmente con Juan Cea Trecalaf?
Bueno, él se arrepiente mucho de lo que hizo
de niño… Nos dice que quiere antes de morir, que las tierras sean de la gente
no de los usurpadores, él ya no la necesita, no tiene hijos, su mujer también
es de mucha edad. Entonces, el hermano Trecalaf sacó posesión efectiva y copia
de dominio vigente de esas tierras, a su nombre y se las entregaron, pero por
otro lado, los Vera también tienen escritura…. Ahí hay algo muy turbio… Aquí no
sólo está la culpa del usurpador, sino también de las autoridades. Pero la
turbiedad sigue porque Trecalaf ganó un juicio en Pitrufquen. Le había pagado
300 mil pesos al abogado para hacer la demanda contra los Vera, pero resulta
que los Vera apelaron, y ahí se descubrió que el mismo abogado que había
cobrado los 300 mil, también trabajaba para el Ministerio Público y era el
defensor de los Vera…
Así son, generalmente, los juicios contra las
y los mapuche en $hile. Arreglados, con testigos falsos, testigos pagados,
amedrentados, torturados, fiscalías lamebotas, sometidas a los intereses de los
grandes capitales trasnacionales o nacionales. Basta revisar casos como
Poluco-Pidenco (11) para darse cuenta, y según relata Ana, no sólo los juicios
a gran escala como los antiterroristas -que comenzó el emperador
concertacionista Lagos cuando era presidente (12)- sino también aquellos
juicios más triviales…
Por otra parte, Carabineros sirviendo a los
poderosos (y que cuando se trata de mujeres violentadas sirven sólo a otros
hombres) no llegan jamás a defender a los mapuche de los agresores, así los
llamen un millón de veces (como les pasa también a las mujeres agredidas), y
cuando llegan, lo hacen aludiendo a diversos resquicios legales por los cuales
no pueden actuar en contra de los ofensores.
Los carabineros de Freire por ejemplo, cuado
los matones de Flores y los Vera-Mera amenazaban a Ana y a Juan Cea Trecalaf,
llegaron cinco horas más tarde de la llamada. “Los matones disparaban
escopetazos al aire y los carabineros veían todo pero dijeron que no se podía
hacer nada porque no tenían orden”, explica Ana.
Hay que mencionar que el mismo día que
sostuvimos la conversación (a fines de
noviembre) Ana venía de la comunidad Trecalaf
donde nuevamente habían sufrido hostigamientos: “Llegaron ocho muchachos a
cortar árboles, hablaban como hablan en la ciudad. Nosotros fuimos a conversar
con ellos, que no cortaran los árboles, les dijimos, pero nos amenazaron con
machetes y cuchillos. Siempre dicen que los mapuche somos los violentos, pero
resulta que Flores les había pedido que cortaran más árboles y les había dicho
que los indios no iban a molestar... Yo les pregunté”, prosigue Ana: “¿No les
parece raro un trabajo en el que tienen que andar armados?”.
Ana suele preguntar lo justo, al menos en
nuestra larga conversación así lo evidenció:
“¿Cuándo los mapuche hemos ido a un país
extranjero a matar a su gente?”…
La respuesta es clara, no son ellos los
invasores, así como tampoco son ellos los que se enredan en leyes e
instituciones que sólo hacen la vida de los pobres más miserable e injusta, por
eso es que nos quedamos pensando con más fuerza en desarmar el patriarcado y
construir comunidades, sin instituciones. Comunidades que no sean poblaciones
de casas diminutas repletas de televisores y calles de cemento desbordadas de
niñas y niños desprotegidos, que sólo lograrán más tarde ser enrejados en
cárceles infantiles…
L@s mapuche, la gente de la tierra,
perseguida, vejada, torturada por siglos por el Estado $hileno, y tratada las
más de las veces como indios ignorantes, tienen más de una lección que enseñar
a sus carceleros.
Referencias
1. En esta comunidad, una Constructora llamada
Villa San Marcos, ha hecho de las suyas. Desde el 2004 que envía periódicamente
Carabineros armados a allanar a cualquier hora, sin ningún miramiento con niños
y niñas. Está comunidad igualmente desde ese año, que realiza un proceso de
recuperación de tierras, amparados en el título de merced 536 que comprendía
hasta 1863, 119 hectárea divididas en 24 hijuelas (parcelas). Su objetivo
primordial ha sido rearticular la vida en comunidad de las 65 familias que la
componen.
2. CONADI,Corporación Nacional de Desarrollo
Indígena.
3. En «La Injuria de Palabra en Santiago de
Chile, 1672-1822» (Coloquio disponible en: http://nuevomundo.revues.org/document240.html),
de María Eugenia Albornoz Vásquez, Licenciada en Historia, plantea que aunque
algunas palabras en el lenguaje chileno, “aluden a una relación inter-géneros,
sólo las mujeres son las destinatarias de este tipo de injuria”… “Parece
importante vincular a esta moralidad sexual de la mujer los insultos que aluden
al origen “no legítimo” de una persona, aquellos que hablan de una concepción
prohibida, sucedida durante una unión sexual fuera del matrimonio, acto que se
vincula siempre a la errada conducta sexual de la madre: no supo escoger para
engendrar descendencia. Para el caso de Chile, la palabra utilizada es huacho
(wacho).
4. SENAME: Servicio Nacional de Menores,
institución que se hace cargo de “Hogares” para niños/as y que depende
directamente del Ministerio de Justicia en Chile. Supuestamente, protege a la
infancia desprotegida, aunque mantiene lugares de reclusión para menores
llamados en situación de riesgo.
5. En Chile, legalmente, las mujeres ya no
deben solicitar “permiso” marital para estilizarse, sin embargo, muchos
trabajadores/as de la salud pública, insisten en exigir ese “permiso” a las
mujeres que piden ser esterilizadas.
6. Galapanes: burócratas en mapudungun, idioma
mapuche.
7. Chao Nguenechem: dios de l@s mapuche
9. Altar sagrado hecho de un árbol.
10. El fundo Pidenco y sus tierras fueron
predios de los mapuche desde el siglo XIX, estas tierras les fueron arrebatadas
por el estado chileno. En el gobierno de la Unidad Popular les fueron devueltos
a la comunidad de Tricauco que había hecho ocupación del fundo pidenco. En 1977
en Dictadura, en el marco de la denominada contra reforma agraria, efectivos
del ejército y carabineros proceden a desalojar el predio ocupado por los
mapuche quemando casas y deteniendo a varios mapuche de la comunidad, el fundo
pasa a manos de sus antiguos dueños, y en 1978-79 lo adquiere la empresa forestal
MININCO S.A. En 2003 bajo el gobierno de Lagos, vari@s dirigentes mapuche son
acusad@s de participar en un incendio de carácter terrorista ocurrido en el
predio, de planear la comisión de una serie de atentados incendiarios contra
bosques, campos, casas patronales y vehículos en tierras en disputa en la
región de la Araucanía, en el Sur de Chile. Ninguno de estos delitos contra la
propiedad alcanza la gravedad de un delito de terrorismo. En 2004. se condena a
5 mapuche a una pena mínima de 10 años por su participación en el incendio. El
juicio transcurre con testigos de rostro tapado y de los que luego se descubre
han sido pagados y amedrentados por la Fiscalía de Ercilla.
11. El informe de 60 páginas titulado:
"Proceso Indebido: Juicios Antiterroristas, Tribunales Militares y los
Mapuche en el Sur de Chile", muestra cómo los mapuche acusados de
terrorismo se enfrentan a juicios desiguales por delitos que no constituyen un
peligro directo para la vida, la libertad ni la integridad física. La aplicación
de procedimientos excepcionales establecidos en la ley antiterrorista para
confrontar casos de violencia extrema es totalmente injustificado si se trata
de juzgar delitos—mayoritariamente contra la propiedad—de los se acusa a los
mapuche. "La ley antiterrorista es inaplicable a estas conductas
delictivas y además viola las obligaciones jurídicas de Chile de garantizar el
respeto al legítimo derecho de todos, incluidos los mapuche, al debido
proceso", señaló José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de
las Américas de Human Rights Watch. "Como si fuera poco, cuando los
mapuche comparecen ante los tribunales militares, ya sean en calidad de
acusados de delitos o víctimas de abuso, se enfrentan a una verdadera
denegación de justicia". La ley con la cual están siendo juzgados los/as
mapuche fue dictada por el dictador Pinochet en 1984 para enfrentar la
resistencia contra su régimen, y es aplicada contra l@s mapuche en el Gobierno
de Ricardo Lagos Escobar, un gobierno considerado “democrático” por la
coalición que aún gobierna: Concertación de Partidos Por la Democracia.
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