martes, 31 de marzo de 2015

"LA BUENA ESCLAVA": "A PROPÓSITO DEL RACISMO DE BACHELET"

(31 de diciembre de 2007, feministas autónomas protestamos frente a La Moneda por la Violencia contra las comunidades mapuche. Foto: Ximena Riffo)



A propósito del Racismo de Bachelet. A feministas y no feministas
X victoria aldunate/Mujeres en Red 2008
Comparo el racismo con el machismo y su base patriarcal porque el racismo, como el machismo: persigue, burla,  tortura y  mata como lo hizo con Alex Lemún, Matías Catrileo y ahora con Patricia Troncoso, lentamente... Tienen la misma base: Patriarcado. Como feminista autónoma no hablo de esto por “solidarizar”, sino porque es mi propuesta ética.

El racismo no siempre sabe que lo llamamos Racismo. Para portarse racista no hay que reconocerlo. El racismo, invadió, torturó, impuso cruces, violó, quemó en la hoguera, persiguió, asesinó en estas tierras. Y enseñó ¡tan bien! su lógica que la dejó grabada en la piel mestiza.

La grabó asimismo, en los ojos de los que son capaces de descubrir sufrimiento de clase pero no sufrimiento de mujeres de cualquier clase, etnia o edad, por ser mujeres.
Grabó su lógica, en los ojos de las que aprendieron a no ver la belleza en elcabello oscuro y sí en la Barbie que regalan a sus hijas.
Grabó su lógica, en el corazón de las y los que aprendieron a despreciar el dolor de l@s pobres, y sólo lo juzgan como “delincuencia” y “flojera”.

El racismo se grabó en el corazón de los que arremeten contra hombres, mujeres, niños y ñiñas mapuche en las comunidades en el Sur de Chile hoy, y en la cabeza de quienes les ordenan reprimir, comenzando por la presidenta de Chile y su coalición de partidos por la democracia, siguiendo con Bernales, director de Carabineros de Chile, responsable del actuar de sus fuerzas especiales, continuando con cualquier intendente, ministro o ministra del interior nuevo o renunciado, que sea parte de las políticas de los 17 años de la Concertación: políticas de negación y sordera ante las propuestas mapuche en sus inicios, y de persecución y criminalización ante el agotamiento de las comunidades mapuche por tanta burla e indignidad.

Bachelet está al mando del gobierno actual, y la Concertación, a la que ella adscribe y defiende, ha estado al mando del gobierno de Chile desde el año 1990. Son los que han elegido aplicar la Ley antiterrorista de Pinochet a l@s mapuche, para defender intereses de privados con poder y dinero. Son quienes no han derogado la Constitución del 80 (de Pinochet) porque les sirve para cosas como estas.

RACISMO MUJERISTA
También está el racismo en la cabeza de las que creen que yo debería callar ante la brutalidad cometida por una mujer sólo porque “la bruta de La Moneda”, como la llama un activista ecologista, es mujer. Como si el cuerpo, la vulva, el útero, fueran alguna definición “divina por naturaleza”. Como si “mujer” fuese una raza superior. O como si el dolor femenino producido por el patriarcado, fuese una carta debajo de la manga que le diera derecho a alguna mujer con poder para victimizar a otros y otras…
El racismo, claro, no sabe ni reconoce que se llama así, porque esa manía de andar nombrando conductas, acciones y humillaciones es nuestra, es de las y los que sufren los embates de parte de quienes se autodenominan neutros, objetivos, decentes, piadosos…
Lo bueno es que cuando nombramos lo que nos pasa y lo hacemos fuera de la lógica dominante, dejamos de ser víctimas y comenzamos a ser rebeldes, aunque nos digan “resentidos”.

(La única diferencia entre la institución llamada academia –léase universidad y su denominado “profesionalismo”- y lo que se elabora y produce desde los márgenes, es que la primera se autocalifica de “verdad” y “ley”.

Y la diferencia entre resentimiento y rebeldía es que la resentida quiere ser el otro, al que envidia, y la rebelde construye su propia identidad, a decir de Margarita Pisano, pensadora feminista chilena. Comparto esa aseveración, y aseguro además, y me creerán los que me crean, que no quiero ser hombre, ni blanca, ni presidenta de la república).

(31 de diciembre de 2007, feministas autónomas protestamos frente a La Moneda por la Violencia contra las comunidades mapuche. Foto: Ximena Riffo)
ELLA TAMBIÉN LE PEGA
El machismo, ya sabemos (las que queremos saber), cómo hace lo que hace. Y también, TODO lo que hace… porque lo hemos vivenciando viniendo de cualquier hombre y también de otras mujeres que eligen concientemente o no, asumir los postulados y el paradigma patriarcal. De esa elección es responsable cada una, cada uno, asimismo como un agresor es responsable de agredir, ya que la agresión surge de él.
La provocación no existe, interpreto, porque está en los ojos del provocado… Está en sus ojos, en su cuerpo, en lo que elige como accionar –haga o no haga conciencia de lo que está eligiendo-.
Y cuando hago referencia a la “conciencia” pienso en la “autoconciencia” que nos ha hecho feministas a las feministas, como una de nuestras estrategias más éticas y revolucionarias.
Y cuando hablo de “agresor”, no hablo de la o el que se defiende. Un porcentaje no menor de mujeres que viven violencia, comienzan a defenderse luego de algunos años de golpes. El día que ellas devuelven el golpe, si alguien las ve, dice: “es que ella también le pega”…
Así mismo, dignos retoños de Pinochet, criados bajo el terror, la culpa, la misoginia, la idea de pureza, de virginidad, de “la otra mejilla”, de sacrificio y santidad, asumen que los mapuche “son violentos”, “asaltan a digna gente de trabajo”… y como ignoran todo contexto histórico porque se los borraron, los mapuche terminan siendo, para ellos, los invasores. Pero los que opinan así no los llaman invasores, claro (esa es palabra nuestra) sino “delincuentes” (¿mi fuente?, mis vecinas, conocidos, familia).
¿Será por cosas como estas que Bachelet repuntó en las encuestas?
¿Será por cosas como estas que muchos no quieren que le llamemos femicidio al femicidio?

FEMINISMO NO ES MUJERISMO NI UNA APARECIDA
El feminismo y especialmente el autónomo, desde mi autoconciencia, no es mujerismo y no asume ni solidariza con mujeres como Margareth Thacher, Cristina Kirshner, Michelle Bachelet, Condolezza Rice, por solamente nombrar algunas…

Pero sí puede solidarizar con mujeres u hombres, no feministas que sin embargo, asumen la libertad humana y la autodeterminación de los individuos y de los pueblos.
Por eso la feminista Victoria Sendón, escribió “Todas somos Bárbara Lee”, cuando Bárbara Lee, una demócrata californiana de origen afro, fue la única de los 420 representantes de la Cámara estadounidense, que se opuso a la guerra de Irak.
El feminismo autónomo latinoamericano y del Caribe no sólo solidariza, sino siente y piensa que el activismo antirracista le es propio, por eso Ochy Curiel, lesbofeminista afrodescendiente de República Dominicana, dice: “Debemos retarnos a la posibilidad de trabajar nuestro propio racismo, nuestras propia lesbofobia y nuestro propio clasismo, pues si seguimos reproduciendo privilegios en nuestras relaciones interpersonales, las estructuras sociales no son posibles de cambiar y viceversa, lo cual es un viejo principio feminista, pero nunca está demás recordarlo de nuevo ya que es la parte que más nos cuesta asumir” (1).

Muchas y muchos no saben nada de Feminismos, es más, tragan toda misoginia dominante sobre el feminismo, no por ignorantes, sino porque eligen no saber. Como un agresor elige violentar y un gobierno elige criminalizar a movimientos libertarios. No les parece, tal vez, un “tema” trascendentemente político. (Sólo puedo interpretar, no puedo ni quiero colocarme en su lugar porque estoy en otro).

Esa misma actitud, en las marchas del o­nce o contra la criminalización de l@s mapuche, se traduce en actitudes socarronas de hombres y algunas mujeres ante el lienzo que dice “memoria feminista, sin Dios, sin amo, ni marido ni partido”. No saben que la consigna no es copiada a los jóvenes que se visten de negro hoy. No. Es una consigna anarcofeminista desde inicios del siglo 20 y antes. En 1896 apareció el periódico La Voz de la Mujer, en Argentina, de obreras anarkistas, bajo el lema: Ni Dios, ni patrón, ni marido. La consigna no es “de prestado”, es nuestra, es histórica y nosotras, o muchas de nosotras tenemos memoria.

La Voz de la Mujer en algunas de sus editoriales subrayó: los que habláis de libertad, y en el hogar queréis ser unos zares… Y en Chile, La Palanca de la asociación costureras (1908), coincidían en expresar: Y Vosotros revolucionarios, ocupados en hacer y deshacer constituciones ¿cómo no habéis pensado en que toda libertad será un fantasma mientras viva en esclavitud la mitad del género humano?

Por eso cuando se acerca alguno y pregunta malintencionadamente o no: "¿Y ustedes desde cuándo existen?", puede que suene soberbio, decir: Desde la edad media, pero es así. En el medioevo surgen los primeros movimientos feministas, entre las intelectuales y artistas surge La Querella. Entre las mujeres pobres, las comunidades de beguinas que se autogestionan y muchas veces sirven de refugios a mujeres violentadas y como comunidades de autodefensa.

Así es, tenemos historia, las feministas, no nacimos ayer, pero a menudo somos negadas como otros movimientos cuestionadores del orden dominante. Y negadas también por aquellos que a su vez son negados por el oficialismo. No es casualidad que algunas corrientes gobernantes de la Revolución Francesa terminaran dictando leyes contra las mujeres, que también eran revolucionarias y tan radicalmente feministas que exigían algo inusitado: igualdad ante la ley en la vida pública y privada, para mujeres y hombres.

FEMINISMO AUTÓNOMO
Rosa Rojas, periodista feminista mexicana, Ximena Bedregal, feminista, boliviana-chilena-mexicana y Verónica Flores, feminista boliviana, todas de Creatividad Feminista, enviaron el 5 de mayo de 2006, desde La Paz, Bolivia, a todo el movimiento: “Una Reflexión Urgente, ¿Michele Bachelet, de empoderamiento mujeril a nueva Dama de Hierro? Mapuches a punto de morir en huelga de hambre. Un llamado urgente a mirar más allá de nuestras narices”.

Increpaban a quienes creían o querían hacernos creer que una mujer en el poder cambiaría la Historia y la lógica patriarcales.

Antes de la elección de Bachelet, en Chile, circularon listas de mujeres por Bachelet, las enviaban feministas y no feministas. En 2005, en junio, hubo un encuentro Feminista en Olmué, Chile, donde claramente, para algunas (memoria feminista, las clorindas, feministas de Iquique), se pretendió sacar algún acuerdo a favor de Bachelet desde el Feminismo, suponiendo que éste podía ir como “uno solo” tras un mujerismo esencialista que se alinearía con una mujer porque sí, porque ella tiene un cuerpo similar.
No sucedió. El acuerdo, moción o lo que fuera, no salió. El Feminismo no es uno, y el autónomo no se alía con proyectos neoliberales, y no se siente culpable ante el chantaje de que “debemos apoyar a nuestro género”.

“AHORA EL PATRIARCADO SE VISTE DE MUJER”
Para empezar el género no es lo que nos define y qué bien, porque si así fuera seríamos altamente funcionales al patriarcado. En segundo lugar, son muchas las identidades no esencialistas que pueden caber en el feminismo. Y en tercero, lo que nos lleva por caminos cercanos a las autónomas de Latinoamérica y el Caribe, son varias propuestas, entre ellas: la autonomía en relación a cualquier institución, la rebeldía y la búsqueda de libertad humana.

En el 7º Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Cartagena, Chile, en 1996, aclaramos muchas cosas, entre ellas la creciente institucionalización y burocratización del movimiento por medio de la oenegización (transformación de activismo en proyectos de o­nGs)  la experticie llamada de género, el acceso de mujeres a las instituciones y el uso de producción feminista para provecho de las instituciones y sus políticas.

Julieta Paredes, anarcolesbofeminista de Bolivia (Mujeres Creando) sostuvo en una ponencia en el 7º Encuentro: “El poder no existe si nosotras no lo sostenemos. El poder es una categoría relacional que necesita dos, alguien que ejerce el poder y alguien que obedece al poder. Si habemos mujeres que no obedezcamos al poder, el poder no tiene sentido, no existe, el poder se convierte el un verbo, el poder como sustantivo deja de existir, ya no es El Poder, sino se convierte en verbo, yo quiero hacer, yo puedo esto, nosotras podemos esto. El diálogo y el respeto entre nosotras. El diálogo y el respeto de nosotras con la naturaleza. Y así, indias, lesbianas, discapacitadas, pobres, putas, locas, compañeras gringas rebeldes, todas podremos constituir una estrategia, un proyecto de una nueva sociedad”.

Y no sólo eso, Mujeres Creando, hizo una acción teatral que nunca he olvidado. Las indias y mestizas de Mujeres Creando, se pararon en el escenario para denunciar que “ahora el Patriarcado se viste de mujer”, en una clara alusión a las feministas institucionales que desde los 90 se hacen parte de los partidos políticos (de cualquier pinta), de los gobiernos, de la academia, y hasta del Banco Mundial, entregándoles nuestro discurso para que lo canibalicen y lo usen y lo abusen (y digo se hacen parte y no trabajan en ellas).

Fue tan impactante, que recuerdo claramente como feministas institucionales, que jamás reconocen serlo, en esa ocasión se pararon de sus asientos furiosas.
En 2005, continuando con la carta de Creatividad Feminista, Rosa Rojas, Ximena Bedregal y Verónica Flores, decían: “¿Mientras tanto? cuatro autoridades (tres hombres y una mujer) mapuche entran en fase agónica después de 56 días de huelga de hambre pidiendo su libertad tras un juicio hecho con la más fascista y brutal ley pinochetista, la Ley Antiterrorista.

¡Que paradojas terribles construye esta macrocultura! Margaret Thacher, la gran amiga de Pinochet, pasó a la historia como La dama de Hierro por dejar morir, sin inmutarse, en huelga de hambre a Bobby Sands. Hoy una mujer que fue víctima de Pinochet y que hoy es la primera presidenta mujer (¡y de filiación socialista!) de este subcontinente, está a punto de convertirse en la mejor émula de la Thatcher y ser la Dama de Hierro chilena por dejar morir sin inmutarse a 4 dirigentes indios mapuche”....

NO VOTÉ POR BACHELET
No sólo no puedo apoyar a Bachelet, no quiero. No voté por ella (yo anulo) cuestión que expresé en el movimiento feminista y sus corrientes, por medio de una carta en 2005, que en su asunto decía: “¡¡¡No!!! No voy a votar por Bachelet”.
Cuando hablo de machismo, requiero hablar de Patriarcado, que no es el acto privado (que igualmente es político) de algún hombre o una mujer contra mi libertad humana y que basa su acto represivo en que yo –cualquiera de nosotras- no acepta, no elige, los esquemas dictados como “femeninos”.

Patriarcado es también las políticas públicas, manifestadas en una ley o en algún decreto, o no, contra la vida y la libertad de las mujeres. Podría mencionar una de las primeras en los territorios en que hemos nacido, la imposición a las mujeres mapuche (con la complicidad de autoridades masculinas mapuche) del tipo de familia patriarcal: “La mujer indígena perdió los derechos que tenía en las antiguas comunidades, entre ellos el de que el marido debía residir en el clan de la mujer; los hijos mapuches llevaban la filiación o el apellido de la madre, es decir, la descendencia tenía un carácter matrilineal. Durante la República, la mujer mapuche fue compelida a tejer y hacer la comida: "casada, no heredaba del padre; soltera, jamás disponía de lo que había heredado. Cuanto adquiría en el matrimonio recaía en el marido"(2).
Hay otras que bien conocemos: la penalización hasta hace poco al “abandono de hogar” de la mujer, al “adulterio” de la mujer, y actualmente a la elección de abortar… (por nombrar sólo algunas).

LA BUENA ESCLAVA
Y es que el Patriarcado es racista por esencia ideológica. O el racismo es patriarcal. Son un matrimonio que se lleva bien, una familia feliz: blanca, masculina, imperialista, invasora. Dentro de ese matrimonio las mujeres son el poder subalterno, que muchos consideran “matriarcal” y no es un mal término ya que alude a una lógica verbal parecida a la de “Patriarcal”. Sólo disiento en la interpretación de que “lo matriarcal” sería feminista. NO señores. Puede que la mujer racista y machista, es decir, patriarcal sea una matriarca, pero no una feminista. Y a la matriarca, prefiero llamarle “buena esclava”.
La buena esclava cumple con las reglas, lleva adelante políticas de su patriarca, critica duramente a las mujeres que no cumplen con el patriarcado. Para eso la tiene su marido, para corregir a las niñas y que esas niñas no lo asuman a él como culpable directo de su opresión. La buena esclava es cómplice del patriarca, siempre. Y como cómplice conciente que es, es responsable de la opresión. La buena esclava se ha desarrolado junto con la sociedad neoliberal y postmoderna y actualmente lleva adelante discursos en los que recicla el feminismo para ganar puestos de poder.

La buena esclava es bien “viva” también (no nos subestimen a las mujeres, feministas o no). Ser buena esclava no es necesariamente creer fervorosamente en el discurso del esclavista. Una buena esclava puede ser una pragmática envidiosa que quiere para sí todo el poder que tiene su patriarca. Es inteligente también (de nuevo, no nos subestimen…) produce aquello que puede servirle para obtener más poder, como leyes de cuotas femeninas en los parlamentos y en los partidos políticos por ejemplo.
Es decir, toma desde el largo caminar horizontal, vilipendiado y enemistado, de las feministas más radicales, y lo desarma para armar aquel discurso académico al que le borra la denominación “feminista” para que suene a psicología social y le sirva en su ascenso. La buena esclava, en general, es arribista y desleal con sus pares de clase, etnia o sexo.

FEMICIDIO Y ETNOCIDIO
Si el Femicidio es el asesinato de una mujer por que ésta hace, dice, opina, manifiesta aquello que el patriarcado y su paradigma no acepta en una mujer (o porque ella, en silencio no hace lo que se le manda como mujer). El Etnocidio es la persecución y muerte a indígenas por ser indígenas, por vivir, hacer, accionar, decir, individual o comunitariamente, aquello que el patriarcado racista no acepta porque no le conviene por muchas razones. Tal vez las más importantes sean lo inconveniente económicamente hablando, de comunidades que se oponen al comercio con algo que es invendible: la tierra y sus habitantes (el agua, los bosques, los ríos, las playas, los genes humanos).
Pareciera igualmente que el etnocidio no tiene sólo una base económica, sino "irracional", siente realmente que el indio es peor, que no vale. Es lo mismo que siente el agresor con “su” mujer. Por otra parte el Femicidio, o mejor dicho el contexto que lo contiene: La Violencia contra las mujeres, no sólo es un problema  de irracional sentido de superioridad masculina, también es económico: la División Sexual del Trabajo concepto elaborado por las feministas marxistas es claro. La mitad femenina del mundo hace el trabajo del mundo completo, el trabajo doméstico es un aporte práctico, en plata, al producto económico bruto de cualquier país, pero sale gratis. Y peor, mientras las mujeres sostienen economías, son las más pobres de los pobres junto a sus hijos e hijas.
Así, el racismo en Chile hoy, como en todo el mundo, no es distinto al machismo, porque ambos son Patriarcado.

Y termino por fin, con las preguntas de Ximena, Rosa y Verónica de Creatividad Feminista: ¿Seguirán las nuevas mujeres empoderadas mirando a la Bachelet como un ejemplo de las posibilidades femeninas?
¿Seguirá la esperanza, hipnotizada con su reflejo, mirándose sólo el ombligo?”.
Agrego: ¿Seguirá el feminismo chileno -a excepción de algunas autónomas- haciéndose cómplice del racismo de estado, del terrorismo de estado y negando que una mujer por más que sea mujer está hoy siendo responsable de genocidio?
¿Seguirá el feminismo chileno -a excepción de algunas autónomas-  callando y otorgando ante la muerte lenta de  Patricia Troncoso Robles,  sin respuesta ni libertad, de parte del  Estado chileno liderado por una mujer? 

Referencias: 
1.“Identidades esencialistas o construcción de identidades políticas: El dilema de las feministas negras”. Ochy Curiel. Es investigadora y consultora con especialidad en Ciencias Sociales. Es activista del movimiento feminista, de mujeres negras y del movimiento lésbico latinoamericano y caribeño. También es compositora y cantante, Nació en República dominicana y actualmente vive en México. Fuente: http://www.creatividadfeminista.org/articulos/fem_2003_negras.htm

2. Tomás Guevara en "Psicología del Pueblo Araucano", p.38, Santiago, citado por Luis Vitale en “Historia de la Censura en Chile”.


"HABRÁ CALLES EN TU 'HONOR'"



Michelle Bachelet, habrá calles en tu honor luego de tu muerte… Porque torturas y matas como Pinochet, Mac-iver y Beauchef
X victoria aldunate/Rebelión 2008
El tiro al pichón helado fue el “deporte” de Mac-Iver y Beauchef. Ambos asesinos de indígenas tienen calles en su honor en $hile. Ellos colocaban niños, niñas, mujeres y hombres indígenas sobre un iceberg y les disparaban: primero a las piernas, luego a los brazos, y apostaban cuál moriría último, ahogado o por congelación.  

Las víctimas de esos torturadores y asesinos, a fines del siglo 19 e inicios del 20, eran indias e indios o­nas, yaganes, patagones y alacalufes, en La Patagonia y en Tierra del Fuego. Además, estos señores que participaban del Parlamento y se daban el gusto de hablar de “crisis moral” (igual que los galapanes de estado actuales) pagaban o­nzas de plata por cada par de orejas, de testículos, de senos y por cada cabeza de indio o india.
Pinochet, en los años 70 del siglo 20, llevó a cabo, además de todas sus fechorías, la contra reforma agraria, y tanto el ejército como Carabineros desalojaron a mapuches de sus comunidades (entre ellas, el mismo Tricauco del caso Poluco-Pidenco). Les quemaron sus casas, los persiguieron, los torturaron, los asesinaron y les robaron, como todos los wincas en la Historia de este paisito racista que se cree blanco, que vive a crédito y que jura que tiene una identidad cuando odia peruanos, contempla la tortura de novillos en los rodeos, y baila, patéticamente, borracho varios días en “fiestas patrias” en el parque O’Higgins…

Ahora, en el siglo 21, Bachelet, la carta de salvación de la Concertación en decadencia, Bachelet con su “curriculum de sufrimiento” (que algunos admiran como admiran a los santos torturados), Bachelet, la creadora de la nueva Ley VIF que no sirve para nada, sino para burocratizar más los procesos, Bachelet que conversa con su amiguita de Argentina, la homofóbica y lesbofóbica Cristina, manda a perseguir, torturar y asesinar a mapuches de nuevo.

NO LE IMPORTA
Y no le importa si los que caen en su crueldad facha son niños, niñas, mujeres, hombres. Porque no sólo ha mandado a asesinar a Alex Lemún y Matías Catrileo, porque han muerto otros y otras que no se confiesa, y ellos y ellas, los criminales etnocidas, lo saben…
No le importa, dicen, porque acaba de "elevarse" en las encuestas del 39 al 46 por ciento en este paisito de millones pertenecientes a generaciones de malcriados por la tele, el buling, la farándula y la ignorancia más supina.

No le importa porque para eso sus asesores concertacionistas -que puede que usen traje y mochila como el retoño de Lagos- dieron orden de no informar a los medios.
No le importa porque aunque el canal trece  tuviera que mostrar unos segundos de la marcha de más de mil manifestantes en Plaza Italia, de todas maneras nos dejó como “agresivos” porque le gritamos “¡vendidos!” –y con justa razón- a sus reporteros y camarógrafos.

No le importa porque mandó a sus monstruos (decirles “perros” es ofender a nuestros quiltros -es decir a nuestros canes en mapudungun-) de fuerzas especiales, pichicateados, violentos y tan agresores como lo son con sus mujeres, con las mujeres en prostitución que detienen, con los travestis a los que obligan servicios sexuales, con los okupa y deudoras habitacionales a los que persiguen, con las mujeres que denuncian violencia, con todos y todas los que protestamos.

No le importa porque tiene gas pimienta, golpes, humillaciones, amedrentamiento para rato en su plan de acción gubernamental de la Concertación de Partidos por la Democracia, todos cómplices del etnocidio que comete $hile hoy…

MIENTE Y LE CRECE UN FALO
Bachelet miente cuando sonríe, miente cuando baila cueca, miente cuando hace discursos sobre derechos humanos, miente cuando usa y abusa del concepto “femicidio” para decir que lo que se hace con ella (la pobre mujer) es femicidio político.
¡No es femicidio político, es esoteria política: Todo lo que hace se le devuelve!
Bachelet miente, y en vez de crecerle la nariz, le crece un falo grande e impotente que no dará placer, nunca, a nadie… Un falo que la va transformando, performando, en macho facho. Un mafacho que observa, sádica, la muerte lenta de Patricia Troncoso Robles.

Bachelet alguna vez tendrá una calle con su nombre manchado de sangre indígena, como cualquier dictador, como cualquier galapán asesino, como Mac-Iver, Beauchef y tantos otros. Pero nosotras y nosotros no olvidaremos: exigimos el Imperdón.


SER RADICAL NO ES SER TERRORISTA (MÓNICA QUEZADA 2008)




MONICA QUEZADA, MADRE DE MATÍAS CATRILEO: “Una cosa es tener ideas radicales y otra ser terrorista”…
X victoria aldunate/mapuexpress 2008
“Cada día duele más no poder abrazarlo”… Mónica cree que “parte” de su  alma ha viajado con Matías y le ruega “humildemente a la madre naturaleza” que le ayude a escucharlo “con el corazón”. Siente que lo amará “eternamente” y que mientras esté viva no dejará de “buscar Justicia”… Es lo que le juró a su hijo asesinado por un carabinero la última vez que lo abrazó…

El crimen contra Matías Catrileo Quezada lo cometió el cabo de Carabineros Walter Ramírez, en un fundo en la comunidad de Vilcún, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Temuco (Región de la Araucanía) el jueves 3 de enero de 2008. En la madrugada, Matías, de 23 años, estudiante de Agronomía de la Universidad de la Frontera, había entrado a un fundo con un grupo de 30 comuneros mapuche para una ocupación pacífica pues esos terrenos son demandados como ancestrales por la comunidad Lleupeko. El fundo, al que los winca llaman “Santa Margarita”, pertenece, según las leyes de propiedad del Estado chileno al particular Jorge Luchsinger -de una de las familias más ricas de Chile-. El terrateniente mantiene constantemente, en lo que define como “su fundo”, vigilancia, tanto privada como de carabineros. Esa madrugada un Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros de Chile atacó a los comuneros disparándoles con subametralladoras a pesar de que, de acuerdo a los relatos extraoficiales, los mapuche estaban desarmados. El carabinero que asesinó a Matías, portaba una subametralladora UZI, cargada con proyectiles de guerra, y le disparó por la espalda. Los peñi de Catrileo, en medio de los disparos, tomaron su cadáver y lo escondieron para evitar que las fuerzas represivas alteraran las evidencias del crimen. Sabiendo como actúa una policía que tiene historial de dictadura, los comuneros se comunicaron con una radio de cobertura nacional, la Bío Bío, que transmitió en directo lo que sucedía. Chile entero supo del alevoso crimen esa misma mañana y la policía no pudo trastocar las evidencias. Lo que sí pudo la “justicia” militar fue liberar muy pronto al carabinero: por votación unánime, los jueces de la Corte Marcial concedieron el 31 de enero, la libertad a Walter Ramírez, quien no alcanzó a estar ni un mes en la cárcel.

REBELDE Y CRÍTICO
Los orígenes de la familia Catrileo se remontan a 1879 cuando se sabe que nació Valentín Catrileo Catrileo, bisabuelo de Matías en la zona de Coltauco (sexta región), el rastro se pierde y algunos de los Catrileo que vinieron después, se exiliaron a Santiago como tantos otros mapuche despojados de tierras, buscando trabajo. El padre de Matías, Mario, es urbano y estudió en la universidad de la capital, allí conoció a Mónica Quezada en los años 80, plena dictadura…

¿Ustedes en ese tiempo tenían conciencia del racismo, de los orígenes?
No, dado la lejanía con esos orígenes, nunca fue un tema. Mario dice que no sintió que fuese discriminado por su apellido. Luego cuando nació Matías y la Cata –Catalina, la hermana menor de Matías- tampoco. Lo que sí hablábamos era de lo social, siempre nos conmovieron las injusticias, recordábamos la lucha contra la dictadura. Nosotros protestamos contra Pinochet, anduvimos en La Legua arrancando de los pacos, en los apagones y las barricadas, y cuando ya nacieron los hijos, no quisimos otra cosa que colegios que asumieran que los Derechos Humanos existen y deben ser respetados. Matías y la Cata asistieron a espacios críticos y cuestionadores en la enseñanza básica. Matías se hizo antisistémico, pasó por un periodo panki y anduvo en casas okupa. Nosotros lo mirábamos, y era un verdadero artista con su vestimenta: allá donde los otros andaban medio producidos, él se producía totalmente, hacía su ropa con un inusual esmero y dedicación, como todo lo que llevaba a cabo.

¿En la adolescencia ya hablaba de lo mapuche?
Sí. En la Enseñanza Media decidió estudiar Mapudungun y comenzó a leer muchísima Historia. Antes de irse al servicio militar, a los 18 años, ya hablaba a sus amigos pankies del pueblo mapuche. Ellos nos han contado cómo trataba de crear conciencia sobre la lucha del pueblo mapuche… El tenía la capacidad de estar en lugares diversos, con gente distinta y ser querido… Hizo opciones también, un día por ejemplo, decidió no entrar nunca más a un shopping. Decidió irse al servicio militar y fue sorprendente que este chiquillo rebelde optara por eso, pero incluso allá fue querido por sus superiores. Con el tiempo, claro, comenzó a rebelarse y al final ya pasaba mucho tiempo castigado por insurrecto. Ahí, en algún momento le dije que sentía, que la cosa se le iba a poner color de hormiga, y parece que me encontró razón porque se salió y decidió estudiar para dar la Prueba y entrar a la Universidad. Luego entró a Agronomía en Temuco. Podía haberse quedado en Santiago, pero quiso irse a Temuco…

“TAL VEZ UN DÍA ME QUEDE MIRANDO FIJO SU FOTO Y NADA MÁS”…
Mónica hace talleres de Tai Chi, es titulada de Estadística en la U. católica y trabajó 11 años en el Diario “Estrategia”, en su profesión, hasta que se cansó y “se cansaron” de ella. Ya cesante “pero conforme”, hizo intentos de trabajo independiente en venta de vestuario, “pero fue un mal negocio”, también se separó, se acercó a la bioenergética, a la aromaterapia y al Tai Chi... Reflexiona que aunque ella antes del 3 de enero de 2008, había estado triste en algunas etapas de su vida, “en el hoyo profundo” -cuando la Catita se enfermó por ejemplo-, la vida le enseñó que puede ser “peor”… y eso “peor” fue el asesinato de Matías... Lo “más doloroso” en su vida es que Matías ya no esté, “¡es tan absurdo!”… Entonces, me salgo de mi rol y le pregunto cómo, de dónde, sacas fuerzas… “de Matías”, responde, también del amor de la Cata y la familia… “Aunque puede ser que un día me quede mirando fijo esa foto –la foto de Matías que tiene en la pared de su sala-… y ya nada más me haga salir de este otro hoyo negro… Puede pasar”…

¿Cómo era la relación de Matías con su familia?
Amaba profundamente a su abuela, siempre la amó. A sus dos abuelas, paterna y materna. Era increíble cómo lograba comunicarse con ellas… y ahora yo entiendo que se trataba de la comunicación con los antiguos, con las antiguas, que tiene que ver con las creencias mapuche. El antes de andar en las comunidades mapuche, antes de todo eso ya -con los pelos parados y de colores, y entero panki- era tierno y dulce con sus primos chicos, manifestaba su amor a su familia… A mi madre, la abrazaba y le decía mi abueli…

¿Tú qué pensabas de eso?
Yo le preguntaba cuándo iba a tocarme tanta regalonería. Me decía que cuando yo fuera una anciana de trenza bien larga, que ahí “me iba a tocar”…

¿Te iba a tocar ese amor?… ¿eso?...
Sí… es que él había practicado los desapegos… no sé si me entiendes… los desapegos para estar en cosas más trascendentes… Nos costó entenderlo… Yo tenía claro que él estaba apoyando la causa mapuche, pero no sabía cuánto… Y como era un tipo aplicado en todo lo que hacía, esto también lo hizo a concho… Cuando se puso a estudiar para entrar a la Universidad, lo hizo medio año y se lo pasó en eso. Ese tiempo vivió conmigo porque Matías había vivido, en épocas, con su padre también. Fue bueno tenerlo, aunque se lo veía poco salir de su pieza, se la pasaba estudiando todo el tiempo. Mi madre y yo andábamos con zapatillas para no hacer ruido… A mí a veces me molestaba, andar en puntillas. Mi mamá, en cambio, decía: “¡Esto va a valer la pena!”... (ríe) y sacó tremendo puntaje, le fue muy bien en la prueba. Así era él, aplicado, intenso, apasionado y creía en lo que creía.

AUNQUE SEA UNA PALABRA DE INSURRECCIÓN…
Mónica dice que “es difícil saber” cuando su hijo, mezcla de mapuche con chilena, comenzó a sentirse mapuche, “es un sentimiento tan interior, tan íntimo, de él”… Pero lo que sí sabe porque el mismo Matías se lo comentó es que “le gustaba mucho la vida cotidiana en las comunidades, el vínculo con la tierra, con el entorno. En un momento de su vida se comenzó a sentir muy ligado a eso, no le costaba estar con nosotros en Santiago porque nos quería, pero hablaba de lo importante que era para él la comunidad. Nosotros no entendíamos mucho – lo reconozco- y el último tiempo él ya no gastaba palabras en discutir sobre lo que había descubierto allá… Yo veía que mi hijo sentía que la gente de Santiago no estaba entendiendo nada sobre esa otra forma de vida…

¿Tú entonces sentiste que se te venía esto de la radicalidad de él?
… Bueno, el 2006 se notaba muy comprometido, no sólo intelectualmente… De hecho escribió algo para mí en un momento en que yo le pedí un recuerdito: ¡Escríbeme algo para que me quede para el resto del semestre! Porque yo sabía que pasaba tiempo sin verle… Me escribió entonces algo así como “No hay vuelta atrás… hay tanto dolor en el mundo… Pero no dudes jamás de que todos los días pienso en ti”… Y me emocionó porque dijo: Hace mucho que rompiste las barreras de lo establecido, pero creo que algo te frustra, por eso:¡Lucha! Aunque sea una palabra de insurrección, alguien te escuchará…”

¿El pensaba que su madre también era una rebelde?
Supongo que lo percibía y se daba cuenta también que yo era rebelde de un modo diferente, sabía que yo había roto las barreras de lo establecido, pero también sabía que había iniciado un camino de búsqueda de paz… -Pero no habrá paz en mi corazón, si no hay Verdad y Justicia-… Cuando comencé con esto del Tai Chi y de canalizar las energías, la rabia por ejemplo, él decía: Ahora mi mamá con esto de practicar el control de su cuerpo astral hace como que no se enoja, pero en el fondo sigue siendo una enojona. Bueno, le gustaba bromear… También pensaba, y lo sé porque me lo contó un amigo suyo, que a mí las cosas no me resultaban, y se preocupaba por mi sobrevivencia. Yo hago clases de matemáticas y talleres para arreglármelas, y en Navidad puse un puesto de venta de perfumes y aromaterapia, y ahí estuvo él conmigo…

¿Ayudándote?
Y ayudando a todos, necesitaba plata, siempre necesitaba plata, no tanto para él, más para sus ideas, aunque su padre también lo ayudaba mucho, le pagaba los estudios e incluso no le quitó la mesada cuando Matías decidió congelar los estudios para dedicarse a la causa mapuche, por ejemplo a visitar a los presos políticos. Nosotros, al principio, nos resistimos a que dejara los estudios, pero él ya era grande y hacía lo que decidía. No siempre estábamos de acuerdo, pero vino y estuvo conmigo en el puesto, en diciembre, y eso fue como un regalo… Se reía mucho de que la gente comprara algo tan innecesario como perfumes, pero igual estaba feliz porque veía que me iba bien y decía: ¡Mi vieja está vendiendo todos los perfumes de Chile!…

¿Conversaron de su vida esos días?
Sí, yo me sorprendí porque él era tan reservado, pero llamó a la polola por teléfono delante mío para decirle que la quería, me miró y le dijo a ella: “mi mamá está conmigo, ¿quieres hablar con ella?” y me pasó el teléfono… Fue gracioso porque Matías y la Cata, su hermana, que también estaba ahí, salieron corriendo del puesto como niños chicos, diciendo “¡qué vergüenza! ¡quizás que cosa van a hablar!...”... Ahí supe que su polola, en realidad, su pareja porque vivían juntos, es mapuche, profesora intercultural, que hace artesanía, como yo a veces, para ganarse la vida… Creo que ese gesto de cercanía de Matías fue una especie de despedida…

(Vuelvo a preguntar) ¿Cómo encuentras la fuerza…?...
Matías me la da… Quiero creer que él ha pasado a una dimensión superior, creo en que todas las cosas son energía, siento que tengo que permanecer en lo más alto de mi misma, que tengo que intentar no perder mi centro y estar en el camino que me toca vivir… ¡Qué ganas de que apareciera y me hablara!... aunque la cosmovisión mapuche, a la que él adhería, dice otra cosa: que la persona que está bien no aparece y quienes aparecen es porque no les dejamos partir… Le pido sí, que me ayude a desarrollar la intuición para sentirlo…

MATÍAS NO QUERÍA MORIR
Reconoce que a veces le viene la rabia y entonces intenta aceptar lo que siente “sabiendo que es manifestación de la pena… y duele, duele mucho”… Cree que Matías no quería morir porque siempre fue una persona positiva, “además estaba enamorado de Rayen y el amor hace ¡tan bien! El alguna vez había sufrido por amor –antes- y haberse enamorado de nuevo lo había hecho renacer. No llevaba mucho tiempo, pero tenía planes, proyectos de vida juntos… ¡No, definitivamente, no quería morir!”…

¿Qué piensas cuando dicen que Matías era “terrorista”?
¡Que no tienen derecho a decirlo!… Matías no era terrorista, era un joven que buscaba justicia y había recuperado sus raíces… Era muchas cosas, era un estudiante también, a pesar de que yo nunca sentí eso de que un título da estatus, igual le enseñé que era una herramienta para la vida… Yo no había pensado que ese título que él intentaba conseguir, tal vez porque yo le había enseñado su importancia, sirve sólo hasta que te toman preso… hasta que te asumes absolutamente antisistémico… Matías fue a las comunidades mapuche a aprender con una actitud humilde –eso me han contado sus peñi- y se conmovió mucho… Pero ser terrorista es otra cosa, supone armas (entre otras cosas) ¡Y ellos no tenían ni rastros de pólvora según los informes que hay! ¡Querer hacer justicia no es terrorismo!

Entonces, ¿afirmas que no fue un “enfrentamiento” como asegura Carabineros de Chile?
¡No, no fue eso! A mí me duele que hablen de él como terrorista. El fue parte de un grupo de recuperación pacífica de la tierra, una recuperación, desde mi perspectiva, casi simbólica… ¡y ellos estuvieron ahí, desarmados, con toda ingenuidad frente a la represión! ¡Francamente, una cosa es tener ideas radicales y otra ser terrorista!…

¿Qué esperas de la Justicia chilena?
No soy prejuiciosa, pero me cuesta no encontrarles la razón a quienes no creen en ella cuando veo lo que pasa en Chile. Puede que en este caso se logre algo más que la impunidad del caso de Alex Lemun. Yo espero la pena máxima, si es que llegaran a condenar al asesino, que tengo la convicción de que debería ser así, eso no será Justicia porque ninguna condena es Justicia…

¿Qué deseas para el pueblo mapuche?
Espero que tengan la oportunidad de poder expresarse como cualquier pueblo, como cualquier otro movimiento, que no sigan sufriendo la represión que sufren, que sigan organizándose, que sean ellos mismos quienes resuelvan sus problemas, que no venga un estado paternalista a decirles lo que deben hacer, que no haya aprovechamiento de ningún sector con su lucha. Quisiera que tuvieran la educación que ellos quieren, que ellos legitiman, aquella educación que ellos elijen, que se autogestionen…

Mónica es parte de pu weichafe 3 de enero, un grupo de amigos mapuche de Matías con los que ella comparte la difusión de la causa mapuche y el seguimiento al proceso judicial y social que implica el crimen contra Matías. Confiesa que “la búsqueda y la denuncia de la verdad” la sostiene hoy en medio de una familia en que “todos están destruidos por este crimen”… Una semana antes del asesinato de Matías, él había estado con su familia conversando, entre otras cosas, “de la persecución al pueblo mapuche, del constante asedio y allanamiento policial a las comunidades, del despojo de tierras que genera falta de oportunidades para los jóvenes, del despojo incluso de los lugares sagrados”… Matías que amaba a su familia tanto como al pueblo mapuche, tenía mucho que decir y hacer. “Estaba leyendo como siempre, sereno, contento, ilusionado”…

El muchacho que había destacado en matemáticas y en artes, que escribía poemas y canciones, que tocaba la guitarra, que había sido panki, que no se inscribió nunca en los registros electorales y que no militaba en ningún partido político como otra de sus expresiones radicales, ya era mapuche y eso “lo hacía profundamente feliz porque había encontrado el sentido de su vida”… Y lo mataron por eso: su crimen sigue impune.